Es indispensable para la salud del sistema nervioso, y como factor del crecimiento normal, de la regularidad del metabolismo y del mantenimiento del apetito. Es antiberibérica y antineurítica.
La absorción se da principalmente en el intestino delgado, pero también en el grueso intestino, y una vez absorbida, se dirige a los diversos tejidos y órganos, sobre todo para el hígado y el corazón que son los órganos más ricos en tiamina, pero también para los los riñones, el cerebro, las glándulas suprarrenales, el bazo, los pulmones y los músculos que contienen, a pesar de su concentración relativamente baja, la mitad de toda la tiamina del organismo. Su deficiencia produce varios síntomas asociados con el beriberi. Es termolábil (se destruye a la temperatura elevada) e hidrosoluble (soluble en agua).
La necesidad diaria en tiamina es de 1,8 a 2,3 milagramas para el adulto.
Los alimentos ricos en la vitamina B (tiamina): calabaza moranga, ajo, cacahuete crudo, arroz, avena, castaña de par, centeno, cebada, leche, lechuga de cerveza, huevo de pollo, soja fresca, tamarindo, trigo.