La fruta, asada o cocida, puede ser usada como pan. Tiene buen sabor. Es un alimento nutritivo por excelencia. Sustituye verdaderamente el pan común. Se puede también mezclar esa fruta con harina de trigo, en la preparación de pan casero. En muchas mesas del sertão nordestino en Brasil, donde el trigo es caro y escaso, la fruta-pan es de hecho usada en lugar del pan, en la comida matinal. Es un recurso providencial en el Nordeste de Brasil, pues, como fruto nativo, es abundante y barato. En algunos lugares se suele tostarse rebanadas o rodajas de la fruta sobre piedras calientes. Al paladar se asemeja a la patata dulce. Se vuelve más deliciosa cuando se usa con miel o melado.
