1 - Mantenga la piel limpia
Antes de empezar a hilar, es importante que la piel esté libre de cualquier cosmético, ya que si los poros están cerrados, el sudor tendrá dificultad para salir naturalmente, promoviendo irritaciones e inflamaciones como el acné y los clavos. Si el entrenamiento es por la mañana, basta lavar la cara con jabón, pero por la noche, puede ser necesaria una limpieza profunda incluyendo la utilización de tónicos.
2 - Elige ropa que facilita la transpiración de la piel
Evite los pantalones y las blusas muy justas y los tejidos que retiene el sudor, ya que dificultan que la piel respire de manera adecuada. Después de la actividad física, lo ideal es quitar la ropa sucia cuanto antes, pues utilizar las piezas usadas en los ejercicios por mucho tiempo impide que la piel respire, cerrando los poros.
3 - Beba agua
Mientras practica ejercicios es importante mantenerse hidratado, pues perdemos agua a través del sudor, lo que lleva a la deshidratación del organismo y de la piel, dejándola desprotegida y, como consecuencia, reseca.
4 - Ducha rápida
Suar mientras hace actividad física hace bien al cuerpo, pues ayuda a eliminar impurezas, pero también puede retirar el lubricante natural de la piel, generando sequedad. Apueste en una ducha rápida y con la temperatura del agua tibia.
5 - La hidratación es esencial
Después del baño post-entrenamiento, invierte en la hidratación de la cara y el cuerpo. Aplique crema hidratante después, con el cuerpo aún húmedo, en movimientos circulares del cuello a los pies.